Traducido por Merchita
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Los espiritas estudiosos, sensatos, coherentes y cautelosos no se incomodan espiritualmente con el hecho de existir divergencias interpretativas de la Doctrina de los Espíritus en las huestes del movimiento doctrinario actual, especialmente en Brasil. ¡Es Obvio! Lo ideal sería que los estudiosos de las obras de la Codificación evitasen discusiones estériles en torno a las teorías y practicas extrañas al proyecto primordial.
Kardec recomienda la búsqueda de la Unidad visando consolidar las lecciones acerca de los postulados esenciales. Que todos pensemos y consustanciemos exactamente igual a la programación de los Mentores del más allá, los que en el siglo XIX trazaron los caminos de la Nueva Revelación en los caminos humanos. Todavía, infelizmente, es con pesar que afirmamos no conseguimos vislumbrar la posibilidad de una instancia superior, trascendente, capaz de amenizar las actuales divergencias y proporcionar la verdadera palabra en cada conflicto interpretativo.
Es cierto que los responsables espirituales del más allá se han esforzado para que el movimiento espirita sea lo menos heterogéneo posible. Por lo tanto es natural la idea de la unificación (eso no es utopía), siempre buscada, más lamentablemente, difícilmente loable, pues cada uno quiere hacer un Espiritismo particular, a la moda del centro espirita que dirige o que frecuenta etc.
La Unificación que se podría dominar UNIAO está estancada en la diversidad cultural e intelectual comprensible y natural entre grupos y personas, aunque estén convencidas de los conceptos comunes relativos a los principios básicos, a saber: Dios, inmortalidad, comunicabilidad, reencarnación, pluralidad de los mundos habitados. Y no obstante saber que la adopción de las creencias sobre estos temas esenciales no elimina la característica de libertad de pensamiento humano, no se puede en nombre de tal “libertad” de expresión y pensamiento, entronizar interpretaciones muchas veces completamente inversas de las propuestas por los Espíritus. Ahí está la matriz de las artimañas de los genios de las tinieblas. No será con la estimulación de nuevos buscas (injertos doctrinarios) y múltiples interpretaciones sobre los más diferentes formas de pensar, en los vastos círculos de comprensión sobre Dios, universo, mediúmnidad, obsesión y, especialmente, terapias desobsesivas que fortaleceremos la programación del espiritismo para los hombres.
En verdad, cuanto más se adentran algunos en el mundillo académico, vagueando por las filosofías humanas, que básicamente proponen juegos de palabras e ideas girando en torno a raciocinios subjetivos, llegando SIEMPRE al mismo lugar sin explicar NADA de coherente y lógico, más críticos y escépticos algunos se tornan. Tales intelectuales más difícilmente asumen como factibles las interpretaciones de los conceptos que son cristalinos en las obras serias. Decimos eso en relación a los libros consagrados, que las pesquisas y los estudios solo tienden a confirmar. En torno de los estudios mal orientados surgen opiniones dispares que son asimilados de acuerdo con esos mismos postulados, transmitidos por los libros consagrados por la Codificación Kardeciana.
Todo y cualquier conocimiento impone un viaje intimo del sujeto cognoscente por el objeto a que se dio conocer. Obviamente, en ese proceso no es fácil dispensar la experiencia personal que confiere a cada uno variados matices de percepción a respecto de conceptos, hechos y fenómenos en cuya existencia fundamental hay consensos generales. De esta forma, las variadas interpretaciones pueden en algunos instantes ser saludables si no huyéramos de las advertencias de los seres espirituales que fueron autorizados por Cristo para ayudarnos a razonar sin divagar ideas en torno del propio ombligo.
De lo expuesto, la sensatez doctrinaria nos induce a afirmar que a medida que el estudio del Espiritismo nos une en lo esencial, estimulando el fortalecimiento del lazo que nos prende uno a los otros, el también instaura la libertad del pensamiento cristiano, teniendo en cuenta el debate armónico, libre y democrático, sabiendo que si el Espiritismo no propone desvendar la verdad absoluta cara al estado moral en que nos encontramos, los Espíritus nos trajeron una parte gigantesca de la verdad, que infelizmente los pretensiosos progresistas “libertarios” intentan fraccionar.
El Espiritismo está siendo invadido por la paja, extremamente perjudicial para la realidad que la doctrina encierra, una vez que varios intelectuales “libertarios”, pretendidos seguidores/dirigentes, introducen peligrosos modismos a la práctica Espirita, a ejemplo de las inocuas terapias desobsesivas y, como si no bastase, por mera vanidad, ostentan insana idea de superioridad sobre Kardec, alegando que el Codificador está ultrapasado.
¿Será posible que Kardec hubiese imaginado ese tipo de movimiento Espirita?
Ah, que falta nos hacen los baluartes de la simplicidad Kardeciana, Bezerra, Eurípides, Zilda Gama, Federico Junior, Sayao, Bitencourt Sampaio, Guillon Ribeiro, Manoel Quintão!
Estamos convencidos de que el Espiritismo soñado por Kardec era el mismo Espiritismo que Chico Xavier ejemplifico por más de setenta años, o sea, el Espiritismo del Centro Espirita sencillo, muchas veces iluminado a la luz de la lámpara; por la visita de los necesitados, de la distribución del pan, de la “sopa fraterna”, del agua, fluidificada, del evangelio en el Hogar.
¡Sí! El gran desafío de la Tercera Revelación debe ser el crecimiento, sin perder la simplicidad que caracteriza como revelación.
Jorge Hessen
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