Traducido por Merchita
E-mail: merchitacruz@gmail.com
La prensa internacional ha divulgado que la violencia sexual ha sido usada como un arma en la Republica Democrática del Congo, un país en crisis después de años de guerra. Una reciente investigación reveló que el 24% de los hombres y 39% de las mujeres fueron víctimas del estupro en el país africano.
No solamente en el Congo ocurre la violencia sexual de estupro (“institucionalizado”) más también en África del Sur, hoy considerada capital del estupro del mund0. Una niña nacida en el país de Mandela, es más fácil que sea violada antes que aprender a leer. Sorprendentemente, una cuarta parte de las niñas sudafricanas sufren el coito forzado antes de completar 16 años. Este problema tiene muchas raíces: machismo (62% de los niños con más de 11 años acreditan haber forzado alguien al acto sexual por medio de grave amenaza no es un acto de violencia). Esto es una catástrofe humana. Acabar con la cultura del estupro requiere una dirección osada y acciones dirigidas, para trazar cambios en el continente africano.
Bajo el enfoque espirita cuando una mujer sufre un estupro (sea por problemas culturales, sea por desvíos de conducta) podrá estar esa barbaridad en “su destino”, o apenas es un reflejo moral de una violencia de los tiempos difíciles de la humanidad actual? Basado en las obras básicas del Espiritismo, podemos afirmar que no es ni puede ser determinismo el destino de las victimas de estupros y no está “escrito” (como se dice) y ni forma parte de posibles “pruebas” reencarnatorios, pues si fuese verdad, seriamos androides de la vida, autómatas en las manos del destino.
De este modo, los detalles de los episodios que nos ocurren no pueden estar bajo el guante de las “escritas del más allá” o pre determinados en nuestras pruebas y expiaciones. Sin embargo sepamos que por el prisma de la Ley de la reencarnación, siempre cargamos los vínculos y compromisos ante la Ley de Causa y Efecto.
¿Doctrinariamente hablando, que se puede decir sobre violencias como esa aquí referidas? Existen muchos insanos entre nosotros. Y hasta incluso cuando pensamos en eso nos preguntamos: ¿Qué es exactamente la salud?
Dice un dicho popular que “la ocasión hace al ladrón”. Desde temprano, oímos en la escuela que el hombre es producto del medio donde vive. Tendemos a concordar con eso, porque el medio, a través de sus costumbres, es que crea el tipo de cultura. Por lo que conocemos sobre la reencarnación, nacemos con una cierta índole proveniente de un proyecto hecho en el plano espiritual. Sin contradecir lo que dije antes, es evidente que nuestra tendencia (y promesa) será también aplicar lo que concordamos con espíritus superiores.
Quedamos aturdidos al leer y oír el reportaje sobre el hecho africano. Recientemente oímos la noticia de que fue condenada a 12 años la profesora que mantuvo relaciones íntimas con su alumna aquí en Brasil. En este caso, a pesar de ser condenable un por nuestra sociedad, parece haber habido alguna afectividad. Preguntamos si eso sería patológico (¿…)Retornemos a los dantescos hechos que pasan en el Congo y en África del Sur. Es difícil vislumbrar como es exactamente el escenario de la crisis que vive esos pises después haber estado años en guerra y segregación racial. ¿Qué es lo que queda de los valores construidos por un pueblo? Un espacio delimitado por fronteras cuya cultura fue depauperada, y donde aquellos que aplazaron llevar armas se portan ahora como verdugos y que molestan a hombres y mujeres al azar subyugan a cualquiera a su antojo. ¿Más que placer es ese? Este es el quid de esa cuestión. ¿Verdad? ¿Cómo explicar el comportamiento animalesco que asumen esos violadores? Por cierto, de Angola también oímos otras tantas barbaridades.
Podemos inferir también que esos hermanos (africanos) incurrieron en el error que tal vez se hayan propuesto reparar antes de la reencarnación. No tenemos conocimientos más detallado como son los hechos que ocurren por allá, y no podemos comprender tampoco como descienden al nivel sub-humano de molestar bárbaramente a una persona ( que a esa altura está dejos de ser un hermano), ostentando una autoridad que debería haber sido utilizada para la recuperación y manutención del orden y la dignidad que esa cultura sustento. Parece que el caos instiga a esos “fuertes” a caer en el mal, quien sabe, por inspiración de otros desencarnados que se alimentan de esa situación de terror. Si así fuera, la ocasión crea de hecho un ambiente propicio para la aparición del ladrón y de las más nefastas agruras humanas.
En que pese a los contrastes de la vida social, considerando las varias culturas terrenas, Dios no abdicó del comando de los mundos. Hay un orden en las cosas y no estamos abandonados por Jesús y por la espiritualidad, que acompañan cada acontecimiento y ofrece siempre la oportunidad de mejoría para el infractor y el amparo al que sufre una acción mala.
Jorge Hessen
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